sábado, 21 de noviembre de 2009

Cuestión de gustos

A mi colega P.Paranoica, una compañera de trabajo, con quien no me llevo mal porque mi filosofía es la del "vive y deja vivir", le gustan mucho los bollos. Especialmente, los de la pastelería de la esquina, una de las más exquisitas de la ciudad. Yo, harta de decirle que de la repostería fina solo me gustan los bombones y los pastelillos,en masculino plural sin connotaciones y de que ella siga empeñada en hacerme tragar un tortel, por aquello de ser fonéticamente parecido a "tortilla"; no tendré más remedio que invitarla a meterse el café con churros por donde le quepa y pedir, la próxima vez que bajemos a desayunar, una ración doble de porras para hacérselas tragar a la fuerza,con chocolate caliente a rabiar.A ver si así me deja en paz de una vez. Quien quiera "entender" que entienda. Yo me quedo en esta acera, comiéndome mis porras y haciendo después dieta, a base de yogures y plátanos...mmm...¡Qué buenos!.
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.


miércoles, 18 de noviembre de 2009

Me lo prometo

Prometo no volverlo a hacer. No iré en tu búsqueda, no será esmeralda la espera, no me abrasará la sangre las venas, no me esconderá el miedo cuando te vea, no te volveré a elegir, me lo prometo. No serás mi pasión; nunca más yo un horizonte sin dueño. No me robarás la tristeza entregándote, porque jamás lo hiciste. No me empaparé de ti fingiendo indiferencia pues al no importarme, no te importo.

Ahora que nadie lo lee.

Allí se encontraba el enfermo, en aquella sala de deprimentes paredes color blanco-hospital. Le forzaron a entrar en consulta aunque su cuerpo, debido a la medicación, apenas ofreció resistencia para probar el prosaico método de diagnóstico que, aun siendo primitivo, resultaba de lo más eficaz. Era difícil encuadrar al paciente en uno de los tres tipos de locura tradicionales, por presentar rasgos típicos de cada una de ellas y usarían la libre asociación de ideas, como instrumento infalible de evaluación. Así pues, comenzó el examen:

-Señor Tarado, no hace falta que el doctor de la Olla le sugiera ninguna palabra. Asocie libremente.

-Los demás no me entienden; me castigan con sus silencios, solo publico libritos que no son "libros", en palabras de los críticos literarios, esos lobos sin piel de cordero."Quien no sabe escribir, da clases de literatura para paliar su carencia", decía mi profesor de lengua y tenía mucha razón. Eso es lo que he hecho durante años, pero me acusaron de plagiar a mis alumnos. Demóstenes fue un orador de primera gracias a su fuerza de voluntad y disciplina, Salieri envidiaba a Mozart, cuya genialidad fue involuntaria. ¿Yo qué?. Un buen escritor como yo, sabe hacer la O con un canuto bordando el trazo.Soy aún mejor que yo mismo: lo pinto de colores. Eso basta y sobra para hacer buena literatura. Me siento perseguido por la mala suerte, eufórico y deprimido... Dentro de nada dejaré de experimentar sensaciones. Soltó el canuto sobre la mesa y se volvió catatónico.

A día de hoy ha sido imposible recuperar al paciente, que continúa en estado vegetativo y ha dado apellido y categoría de enfermedad a la "taruguez crónica irreversible",nada tratable mediante la fuerza de voluntad.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Receta de cocina

-Por fin soy libre-pensó ella-. Mi amor, he envuelto con esmero todos mis dulces sentimientos hacia ti y te los regalo, surtidos, en esta preciosa caja.
-Es que soy diabético, petarda. Y los que edulcoras sin azúcar me sientan aún peor. Deberías saber que solo como carne.
-Está bien, querido mío, hoy tomaremos cerdo ibérico para cenar, el corazón de macho al ajillo sabe mejor. Se acercó al cajón de la cómoda, sacó la pistola y le disparó dos balas a bocajarro. Después fue a la cocina y sacó la sartén para preparar el sofrito.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Física cuántica

"Mi hijo será físico nuclear" dice la orgullosa madre. Su hijo ni se inmuta porque no puede hablar; tiene una discapacidad congénita que se lo impide y,además, está confinado a usar una silla de ruedas de por vida, pero nada como el esfuerzo personal porque, como dijo aquel que todo lo pudo, al estar sanísimo: "querer es poder". El problema que plantea el "querer" de la madre es que el hijo "no quiere" ser la versión femenina de Stephen Hawking, "no quiere" abarcar los límites de otro universo que no sea el de su propia desesperación, para resolverla y solo "quiere" de las leyes físicas el regalo de una curación cuyo único enunciado sea: "levántate y anda".