lunes, 28 de febrero de 2011

C.L

Siempre he querido ser libre: libertad sin culpa. Y me da rabia no poder hacer lo que se me antoje sin tener en consideración lo que sientan o piensen los demás, porque cada uno debe decidir, si es lo bastante libre, lo que le hace daño y lo que no. Por eso me irritan tanto esas cadenas emocionales forjadas quién sabe dónde y de las que cuesta tanto liberarse.