miércoles, 13 de mayo de 2015

Release

The pen in my hand releases the pain from my poisoned veins and, by its writing, turns bleeding black ink into red blood, purifying every inch of my secret self.

Copyright: R.Me.

sábado, 2 de mayo de 2015

Sinfonía número 5. Beethoven a las 3 a.m

Dicen que todos los que escriben con determinada intención están heridos, y creo que tal vez pudiera ser verdad.
Ahora no sé cuál es mi verdadera intención aunque no es, desde luego, asimilarme a ningún escritor-o escritora.-- En realidad soy una "desahogada" hilvanando pensamientos que, gracias al lenguaje, no se pierden en un naufragio. Y ahora, a las 3:06 de la mañana, una vez batido el récord de insomnio debido ¿a qué?..a ver si lo descubro...he decidido desembuchar palabras por no vomitar bilis. La principal tarea que me encomiendo, mientras esto escribo es averiguar el motivo de permanecer, noche tras noche, despierta hasta altas horas sin poder conciliar el sueño ni a la de 3 (valga la redundancia). No puede ser estrés, no es depresión, no es el trabajo (desgraciadamente non ce l'ho), no es emoción, ni dispersión, ni sed del agua que no he de beber, ni las espinas invisibles de un tallo clavado en el interior...es alguna otra cosa inquietante y desagradable por insidiosa, por insistente, por erosiva. Sí, estoy erosionada, eso es. Cada día que pasa, la cosa me desgasta más, como en un cuento de Allan Poe (fonética de A-l-a-n) tenía que ser...Es parecido a haberse quedado a medio camino y dejarse adelantar, para luego notar que cuando se quiere tomar impulso para coger carrerilla, ya no se pueden despegar los pies del suelo, como en un mal sueño...y sin armadura, sin escudo, a la intemperie, a merced del tiempo, todo juega en tu contra y la ley del más fuerte te ejecuta implacable. Te ejecuta con saña por haberte quedado indefensa.