jueves, 17 de diciembre de 2009

Latido

Ella pensaba en lo mucho que le apetecía salir a jugar a la calle con los otros niños, en su tren eléctrico,en sus pinturas, en sus juegos... Pero hoy nevaba y tenía que guardar cama por la fiebre. Pronto le traerían ese asqueroso jarabe de sabor amargo aunque le consolaba el hecho de poder elegir algo dulce después, para pasar el mal trago. Tendida sobre la cama miró hacia la ventana y se sorprendió al ver a Rosa y Luz, sus dos mejores amigas al otro lado, haciéndole muecas y golpeando contra el vidrio unos cuadernos garabateados en la vuelta al colegio, tras las vacaciones de Navidad . La niña enferma soltó una carcajada,hizo un ademán e inclinó levemente la cabeza para que entraran en casa; sin embargo ellas optaron por marcharse , tras dejar estampados un par de besos en el cristal. No importaba, pronto todo volvería a la normalidad y dejaría de toser. Les daría un par de collejas por maleducadas, eso. Luego seguirían riendo juntas y jugando, como siempre.

Ella continuaba con la mirada fija en la nevada, en el invierno y sonreía al sentir las caricias de un futuro cálido, intuyendo a cada parpadeo el latido de un corazón afín que se acercaba, unos pasos cada vez más próximos a su dormitorio. Se incorporó levemente y se miró en el espejo; los surcos de su piel de ochenta años le decían que alguien venía a abrazarla para siempre; el eco de su alma de diez lo repetía. Volvió a tumbarse, dejó de sentir miedo y cerró los ojos pensando en lo mucho que le apetecía salir a jugar a la calle, en su tren eléctrico, en sus pinturas...

martes, 15 de diciembre de 2009

Sin comentarios

A ti pedante, que dándote ínfulas de sabio, golpeas el diccionario con tus versos a cada palabra rebuscada, encontrada y colocada en orden ilógico para crear una rima, sin ningún sentido.

A ti, heraldo del significante sin significado, a quien responden catedráticos del abecedario. Esos cuya erudición consiste en saber que la primera letra del alfabeto es la "A" y la última la "Z".Por ti, querido pedante, me tiro un pedo, pidiendo a todos "pedón".

lunes, 14 de diciembre de 2009

Oración

"Te traigo este cordero, Padre. Confundió al lobo con uno de tus hijos y se encuentra moribundo. ¿Por qué no haces nada?, ¿Por qué solo observas?, ¿Es eso lo que ocurre cuando se ama indiscriminadamente?.Él fue sencillo, conforme a tus enseñanzas, pero contempla el resultado. Las fauces del depredador casi lo devoran y yo no soporto su sufrimiento. Pues te conformas con mirar, déjame actuar en tu lugar, quiero ser tu emisario".
El Padre,tras haberlo escuchado, respondió: "Así sea" y la criatura que alzó la plegaria, la de voluntad mediadora, se convirtió en el lobo más temible de todos los tiempos y no paró hasta acabar con todos los corderos de la tierra para evitarles el sufrimiento, naturalmente.

viernes, 4 de diciembre de 2009

El espejo de las verdades a medias

Érase una vez un espejo (que no una pitonisa), el oráculo del barrio y quienes acudían a preguntarle, nunca se iban descontentos. No en vano era conocido como el adivino de "las verdades a medias" y eso era en esencia , el medio, incapaz de dar un "no" por respuesta, condenado a agradar.

UN BARRENDERO que solía cantar mientras hacía su trabajo, se descubrió a sí mismo reproduciendo una nota, que a sus oídos era música celestial. Así pues acudió a consultar:

-Espejito, espejito: será mi destino ser un Pavarotti o un Plácido Domingo, ¿verdad?.

-En verdad, en verdad, te digo que no hay otro en tu profesión para dar el cante mejor. Convoca a tus compañeros para ofrecerles un recital y el mismo reflejo visto aquí obtendrás.

El barrendero así lo hizo y yendo del "do" al "la" maravilló a sus colegas incapaces de alcanzar el "do, re, mi".

UNA LECTORA incombustible de novelas, nada más acabar la última, cerró la tapa de un manotazo al tener la gran revelación: "¡voy a ser escritora!. Sí, la nueva Ágatha Christie, Anne Perry o cualquiera de las grandes". Acudió, naturalmente, al espejo:

-Espejito, espejito ¿verdad que al ser como Elfriede Jelinek, con la ventaja de carecer de miedo escénico, el camino hacia éxito lo tengo asegurado?.

-En verdad, en verdad, te digo que cuanto más leas, más claro lo verás. Continúa, pues y obtendrás el reflejo mostrado por mí.

Ella volvió a casa emocionada y siguió devorando sus amados libros toda la vida, escribiendo y autocorrigiéndose incansablemente, sin llegar nunca a publicar material alguno.

UN DESEMPLEADO, mientras esperaba escuchando música en la cola del INEM , con un opúsculo de arte entre las manos, sintió un estremecimiento, una punzada, una necesidad ansiosa de saber que le llevó al espejo:

-Espejito, espejito:¿TENGO TALENTO? Entonces el espejo de las medias verdades, que nunca había dicho algo distinto de una verdad a medias, por la tensión, estalló en pedazos. Uno de ellos atravesó la garganta del curioso causándole la muerte.

Ya se sabe que HAY VERDADES QUE MATAN y nuestró oráculo nunca pudo dar un "no" por respuesta.

martes, 1 de diciembre de 2009

R.I.P

En el fondo, él no era más que un niño. Un niño enmascarado, disfrazado, parapetado en toneladas de saberes, en pretendida intelectualidad. Era la clásica imagen del refugiado en los libros incapaz de enfrentar sus propios fantasmas, ni siquiera ejerciendo un oficio tan catárquico como el de actor porque eso hacía, cuando enseñaba a sus alumnos, actuar; sin embargo no era tan bueno en las demás facetas de su vida y se perdía. Había elegido una mujer, que no un amor, con quien compartir su vida, pero no la encarnaba a "ella" y tampoco sus hijos eran capaces de amortiguar la gravedad que le pesaba, por eso buscaba continuamente, inconscientemente; en el desierto un oasis, en el otoño; la primavera, en el invierno; un verano, en lo posible; lo imposible y se camuflaba en personajes que hablaban de sus debilidades como él no podía hacerlo, desde ese pedestal donde se situó a sí mismo . Y ella lo encontró sumido en una desesperación de la que él no era consciente, le dio de beber pero él no se dio cuenta al principio y a escondidas la buscaba , le dejaba mensajes subliminales que solo ella entendería hasta que el gato se convirtió en ratón y viceversa. Comprendieron ambos que, obedeciendo a las leyes, alguien tenía que morir. Así pues, decidieron matar al mensajero.

Señoras y señores, he muerto.